“Oh
vida, copa clara, de pronto te llenas de agua sucia, de vino muerto, de agonía,
de pérdidas, de sobrecogedoras telarañas, y muchos creen que ese color de
infierno guardarás para siempre…”
Y entonces comienza la
cuenta regresiva para volver a recibir otras 365 oportunidades para amar, reír,
abrazar, aprender, caer y volvernos a levantar… porque el año nuevo es solo
eso: otra gran oportunidad que nunca termina por ser suficiente.
Antes de su despedida final
quisiera agradecer, no por lo que me deja, sino por lo que fui capaz de
construir y destruir. Me agradezco las cosas hechas por impulso. Aprendí de la decepción
vivida y de la terrible sensación de decepcionar. Me permití gritar, saltar y
cantar de tanta felicidad. Hice juramentos eternos perdidos en la sombra del
silencio y del tiempo. Gané, perdí pero sobre todo viví.
Este año me dejó tanto
aprendizaje en cada una de sus oportunidades. Me uní más a mí madre a quien
agradezco y admiro infinitamente su fortaleza por aceptar, reconocer pero sobre
todo por actuar y permitirse liberar de aquellas cenizas del pasado aferradas
tormentosamente en el ahora. Ambas sabemos lo difícil del camino pero no existe
uno tan rocoso mientras estemos tomadas de la mano.
A ti padre, mi súper héroe
de carne y hueso, con quien todavía mi corazón siente deudas pendientes y a
quien en persona no podría decir esto sin antes traer la cara mojada y los
zapatos encharcados de tanta lágrima, quiero que sepas (aunque lo sabes): eres
el hombre al que más amo en la vida. Te idolatro por tu nobleza tan inmensa. Te
respeto pese a que la palabra no sea tu mejor arma. Y aunque este año hayan
cambiado tantas cosas nuestro amor no sufre porque la fortaleza que nos une es
la misma que nos permite adaptarnos.
Al más pequeño, por lo menos
siempre ante mis ojos, eres esa cosa que
llegó a cambiar mi vida cuando yo tan solo tenía ocho. Eres mi peor vicio, mi
mejor maestro. Tienes la palabra justa en el momento menos oportuno para
robarnos tantas carcajadas. Soy yo la que aprende de ti y no deja de maravillarse
por las capacidades natas que te llevarán a la grandeza. No pierdas nunca el
suelo porque aunque de las caídas se aprenda, la soberbia y arrogancia no dejan
más que veneno en el alma. Te amo mi hermano.
A mis nuevos amigos y a los
entrañables, con cada uno de ustedes he pasado grandes momentos. Momentos que
me llevo del 2013 y anhelo para el siguiente. Niñas edición, ustedes son
el privilegio de la diversión y el conocimiento en conjunto. Nunca pensé que
entre mujeres se trabajará tan bien como con ustedes.
Laura, eres como la mamá
buena onda: cuando menos lo esperas te sientas en la seriedad y de pronto
explotas en la diversión. Admiro la sencillez con la que te desprendes de las
situaciones, de todas aquellas circunstancias que recaen en tu lista de
banalidades. Gracias por tomarte el tiempo para escuchar.
Montse, no eres más que un
misterio. Tan tierna por fuera y tan fuerte por dentro. Reconozco infinitamente
las agallas que tienes para hacerle frente a las dificultades que se te
presentan. No le temes a nada, todo lo encaras y aunque no sea el resultado que
buscas, siempre obtienes uno. Quiérete harto nena, el amor propio es el más
valioso.
Mayra, qué te puedo decir
que no sepas ya. Encontré en ti a una persona valiosa. Eres una mujer dispuesta
a querer sin condiciones, tu sencillez es tu principal característica. Sé que
tienes un gran futuro, no dejes que nadie rompa tus sueños y cuando sientas
miedo solo recuerda tu grandeza.
Mirna, nena eres un ángel.
Eres la ternura andando. Tan hermosa por fuera y por dentro. Siempre tienes una
sonrisa hasta para los momentos más gélidos del día. Agradezco mucho haberte
conocido pero sobre todo haber forjado está amistad que amenaza con más cosas
venideras. Muchas gracias Mir por siempre tener una palabra tan oportuna para
los momentos en los que el corazón se quiebra, en los que se hace añicos.
Tienes una fortaleza increíble y admirable. Te quiero.
Yesica, híjole mujer,
contigo las palabras sobran o mejor dicho faltan. No sé cómo expresar esta
gratitud que tengo para contigo, más allá de lo profesional, quiero que sepas
que eres una de mis mejores amigas. Sigo pensando que nuestros caminos se unieron
de nuevo para hacer cosas grandiosas. Reconozco y admiro tu sinceridad, sin
importar lo difícil que pueda ser entenderla, ésta esa es una de tus tantas
virtudes y aunque a veces sea tan cruel como el chillido del unicel atravesado
por un cuchillo de verdad la agradezco.
Reyna, mí querida amiga. No
sé cuántos años hemos caminado juntas, a distancia. Nuestro amor no necesita de
mensajes diarios o visitas semanales para saber que estamos ahí, vernos nos
sirve de pretextos para abrazos eternos. Gracias por la calidez de tu amistad.
Gracias por no perderte en el camino y no dejarme perder. Gracias por todas
esas charlas que nos abrazan en la madrugada, gracias por compartir tu hogar y
hacerlo sentir como el mío también. Tienes un conocimiento impresionante y sé
que sabrás cómo explotarlo porque eres una mujer tan completa.
Gabby, hace trece años de habernos conocido, de haber tomado
caminos distintos, esos mismos años que nos vieron crecer, reír y llorar ahora
son los que cambian nuestras vidas. Tú elegiste el mejor de los regalos: la
maternidad y pese a la distancia física pero no sentimental a la que nos hemos
orillado nuestra amistad sigue vigentes a través de los mejores recuerdos guardados
en mi corazón. Solo tuvimos una oportunidad de vernos pero ya nos
desquitaremos, tengo que conocer a ese bebé que está tan hermoso como luna
llena a media noche.
Melina, llevamos tan poco de
conocerlos pero pareciera como si hubiésemos estado antes, en otro momento.
Gracias por abrirme las puertas de tu casa y de tu vida. Eres una chica con
grandes talentos, lo más admirable de ti es esa sencillez que no te abandona,
esa sencillez que te convierte en la gran estrella que eres. Esto que apenas se
escribe tenga tanto por contar.
Arturo, no puedo siquiera
ver (escribir) tu nombre sin antes sentir este nudo en la garganta. Te quiero,
te amo… y aunque nuestros caminos por ahora sean tan inciertos quiero agradecerte
todos aquellos montones más que juntos pasamos, en los que reímos, compartimos,
caminamos tomados de la mano esperando la nada o quizá el todo. Gracias por haber
decidido compartir parte de tu vida conmigo. Gracias por las conversaciones en nuestras
miradas y también por los silencios. Por las promesas cumplidas y por aquellas perdidas
en el viento. Gracias por estar y por el resto del final que quién sabe cuál
será…
Ahora sí me extendí
pero no quería dejar pasar la oportunidad. Gracias a todos y a cada de unos de
ustedes con quien sabrá la vida si seguiremos escribiendo historias juntos.
Gracias por entender todo lo que implica ser yo.
Por estos 20 años de cariño.
Por todos aquellos momentos que liberan el estrés laboral.
Todo un placer conocerte.
Gracias por tejer conmigo esta amistad.
Por todo este camino recorrido juntas.
Convencida estoy de los años
que aún caminaremos juntas.
Nuestro cariño no tiene fecha de caducidad.
Anduve buscando aquella foto nuestra
con la luna de papel hermosa pero no la encontré...
Por esta historia aún con puntos suspensivos.
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