jueves, 19 de diciembre de 2013

De las dudas para el corazón

Entre corazones rotos, tormentas de desconfianza y lágrimas amargas aún me queda una esperanza… pero, ¿una esperanza para qué?... ¿para confiar después de convertirnos en dos desconocidos? Ajenos uno del otro, al cariño inmenso vivido tomados de la mano y abrazados bajo la complicidad de la noche…

¿Una esperanza para qué? Quizá solo para demostrarnos que nuestros caminos ya no miran juntos. Para observar que nuestras miradas son opuestas y nuestros deseos diferentes… Una esperanza quizá para seguir buscando culpables a nuestros miedos y justificar nuestros errores ocasionados por la inmadurez de nuestros pensamientos…


Quizá mi esperanza sea solo yo; y tú para ti… Y si dentro de esta esperanza yo no fuera yo, ni a ti no te diera tanto por ser como tú ten por seguro que seríamos un nosotros porque lo que somos los dos ahora no es más que el pensamiento de lo lindo que habría sido…

No hay comentarios:

Publicar un comentario