Su mirada envenena hasta el alma más
salvaje...
Su cara tan delicada me hipnotiza como
luz de luna…
Su cabello negro, sedoso y bello es un
arma de endorfinas puro…
No puedo quitármelo de la memoria, me envenenó
como una serpiente a la oveja…
Quiero ver su táctica más peligrosa, quiero
que me estreche en su pecho, me enrosque en sus brazos y me deje sin aliento… Quiero
ser su presa, la presa que desea a su cazador…