sábado, 28 de diciembre de 2013

El toque final

“Oh vida, copa clara, de pronto te llenas de agua sucia, de vino muerto, de agonía, de pérdidas, de sobrecogedoras telarañas, y muchos creen que ese color de infierno guardarás para siempre…”

Y entonces comienza la cuenta regresiva para volver a recibir otras 365 oportunidades para amar, reír, abrazar, aprender, caer y volvernos a levantar… porque el año nuevo es solo eso: otra gran oportunidad que nunca termina por ser suficiente.

Antes de su despedida final quisiera agradecer, no por lo que me deja, sino por lo que fui capaz de construir y destruir. Me agradezco las cosas hechas por impulso. Aprendí de la decepción vivida y de la terrible sensación de decepcionar. Me permití gritar, saltar y cantar de tanta felicidad. Hice juramentos eternos perdidos en la sombra del silencio y del tiempo. Gané, perdí pero sobre todo viví.

Este año me dejó tanto aprendizaje en cada una de sus oportunidades. Me uní más a mí madre a quien agradezco y admiro infinitamente su fortaleza por aceptar, reconocer pero sobre todo por actuar y permitirse liberar de aquellas cenizas del pasado aferradas tormentosamente en el ahora. Ambas sabemos lo difícil del camino pero no existe uno tan rocoso mientras estemos tomadas de la mano.

A ti padre, mi súper héroe de carne y hueso, con quien todavía mi corazón siente deudas pendientes y a quien en persona no podría decir esto sin antes traer la cara mojada y los zapatos encharcados de tanta lágrima, quiero que sepas (aunque lo sabes): eres el hombre al que más amo en la vida. Te idolatro por tu nobleza tan inmensa. Te respeto pese a que la palabra no sea tu mejor arma. Y aunque este año hayan cambiado tantas cosas nuestro amor no sufre porque la fortaleza que nos une es la misma que nos permite adaptarnos.

Al más pequeño, por lo menos siempre ante mis ojos,  eres esa cosa que llegó a cambiar mi vida cuando yo tan solo tenía ocho. Eres mi peor vicio, mi mejor maestro. Tienes la palabra justa en el momento menos oportuno para robarnos tantas carcajadas. Soy yo la que aprende de ti y no deja de maravillarse por las capacidades natas que te llevarán a la grandeza. No pierdas nunca el suelo porque aunque de las caídas se aprenda, la soberbia y arrogancia no dejan más que veneno en el alma. Te amo mi hermano.

A mis nuevos amigos y a los entrañables, con cada uno de ustedes he pasado grandes momentos. Momentos que me llevo del 2013 y anhelo para el siguiente. Niñas edición, ustedes son el privilegio de la diversión y el conocimiento en conjunto. Nunca pensé que entre mujeres se trabajará tan bien como con ustedes.

Laura, eres como la mamá buena onda: cuando menos lo esperas te sientas en la seriedad y de pronto explotas en la diversión. Admiro la sencillez con la que te desprendes de las situaciones, de todas aquellas circunstancias que recaen en tu lista de banalidades. Gracias por tomarte el tiempo para escuchar.

Montse, no eres más que un misterio. Tan tierna por fuera y tan fuerte por dentro. Reconozco infinitamente las agallas que tienes para hacerle frente a las dificultades que se te presentan. No le temes a nada, todo lo encaras y aunque no sea el resultado que buscas, siempre obtienes uno. Quiérete harto nena, el amor propio es el más valioso.

Mayra, qué te puedo decir que no sepas ya. Encontré en ti a una persona valiosa. Eres una mujer dispuesta a querer sin condiciones, tu sencillez es tu principal característica. Sé que tienes un gran futuro, no dejes que nadie rompa tus sueños y cuando sientas miedo solo recuerda tu grandeza.

Mirna, nena eres un ángel. Eres la ternura andando. Tan hermosa por fuera y por dentro. Siempre tienes una sonrisa hasta para los momentos más gélidos del día. Agradezco mucho haberte conocido pero sobre todo haber forjado está amistad que amenaza con más cosas venideras. Muchas gracias Mir por siempre tener una palabra tan oportuna para los momentos en los que el corazón se quiebra, en los que se hace añicos. Tienes una fortaleza increíble y admirable. Te quiero.

Yesica, híjole mujer, contigo las palabras sobran o mejor dicho faltan. No sé cómo expresar esta gratitud que tengo para contigo, más allá de lo profesional, quiero que sepas que eres una de mis mejores amigas. Sigo pensando que nuestros caminos se unieron de nuevo para hacer cosas grandiosas. Reconozco y admiro tu sinceridad, sin importar lo difícil que pueda ser entenderla, ésta esa es una de tus tantas virtudes y aunque a veces sea tan cruel como el chillido del unicel atravesado por un cuchillo de verdad la agradezco.

Reyna, mí querida amiga. No sé cuántos años hemos caminado juntas, a distancia. Nuestro amor no necesita de mensajes diarios o visitas semanales para saber que estamos ahí, vernos nos sirve de pretextos para abrazos eternos. Gracias por la calidez de tu amistad. Gracias por no perderte en el camino y no dejarme perder. Gracias por todas esas charlas que nos abrazan en la madrugada, gracias por compartir tu hogar y hacerlo sentir como el mío también. Tienes un conocimiento impresionante y sé que sabrás cómo explotarlo porque eres una mujer tan completa.


Gabby, hace trece años de habernos conocido, de haber tomado caminos distintos, esos mismos años que nos vieron crecer, reír y llorar ahora son los que cambian nuestras vidas. Tú elegiste el mejor de los regalos: la maternidad y pese a la distancia física pero no sentimental a la que nos hemos orillado nuestra amistad sigue vigentes a través de los mejores recuerdos guardados en mi corazón. Solo tuvimos una oportunidad de vernos pero ya nos desquitaremos, tengo que conocer a ese bebé que está tan hermoso como luna llena a media noche.

Melina, llevamos tan poco de conocerlos pero pareciera como si hubiésemos estado antes, en otro momento. Gracias por abrirme las puertas de tu casa y de tu vida. Eres una chica con grandes talentos, lo más admirable de ti es esa sencillez que no te abandona, esa sencillez que te convierte en la gran estrella que eres. Esto que apenas se escribe tenga tanto por contar.

Arturo, no puedo siquiera ver (escribir) tu nombre sin antes sentir este nudo en la garganta. Te quiero, te amo… y aunque nuestros caminos por ahora sean tan inciertos quiero agradecerte todos aquellos montones más que juntos pasamos, en los que reímos, compartimos, caminamos tomados de la mano esperando la nada o quizá el todo. Gracias por haber decidido compartir parte de tu vida conmigo. Gracias por las conversaciones en nuestras miradas y también por los silencios. Por las promesas cumplidas y por aquellas perdidas en el viento. Gracias por estar y por el resto del final que quién sabe cuál será…

Ahora sí me extendí pero no quería dejar pasar la oportunidad. Gracias a todos y a cada de unos de ustedes con quien sabrá la vida si seguiremos escribiendo historias juntos.

Gracias por entender todo lo que implica ser yo.

Por estos 20 años de cariño.

Por todos aquellos momentos que liberan el estrés laboral.

Todo un placer conocerte. 
Gracias por tejer conmigo esta amistad.

Por todo este camino recorrido juntas.

Convencida estoy de los años 
que aún caminaremos juntas.

Nuestro cariño no tiene fecha de caducidad.

Anduve buscando aquella foto nuestra 
con la luna de papel hermosa pero no la encontré...

Por esta historia aún con puntos suspensivos.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Oquedad invernal

Los mudos no gritan, los sordos no ven la música. Los suspiros y los besos no se reciclan… No sé da el mismo beso, ni el mismo abrazo… no se ama igual… Las cinco letras con las que se escribe tarde, no se puede escribir ahora... El amor que fue, ese ya nunca vuelve.


Porque como diría Neruda: “La poesía nace del dolor. La alegría es un fin en sí misma”…

jueves, 19 de diciembre de 2013

De las dudas para el corazón

Entre corazones rotos, tormentas de desconfianza y lágrimas amargas aún me queda una esperanza… pero, ¿una esperanza para qué?... ¿para confiar después de convertirnos en dos desconocidos? Ajenos uno del otro, al cariño inmenso vivido tomados de la mano y abrazados bajo la complicidad de la noche…

¿Una esperanza para qué? Quizá solo para demostrarnos que nuestros caminos ya no miran juntos. Para observar que nuestras miradas son opuestas y nuestros deseos diferentes… Una esperanza quizá para seguir buscando culpables a nuestros miedos y justificar nuestros errores ocasionados por la inmadurez de nuestros pensamientos…


Quizá mi esperanza sea solo yo; y tú para ti… Y si dentro de esta esperanza yo no fuera yo, ni a ti no te diera tanto por ser como tú ten por seguro que seríamos un nosotros porque lo que somos los dos ahora no es más que el pensamiento de lo lindo que habría sido…