Porque el corazón es el asiento de las emociones más nobles que se transforman en el reflejo de la esperanza y desesperanza… Por los amores que matan pero nunca mueren... Para saber en mi cómo germino en el hueco de la forma que guardarán mis palabras…
lunes, 26 de septiembre de 2011
Mi cuerpo se vence
Esta noche estoy molida, cosa muy natural si se tiene en cuenta las trapisondas y peripecias del día. Me retiro. Voy a ver si descanso un poco para tener un aspecto presentable dentro de un par de horas, cuando regrese al quite. Esta noche no estoy para series ni literaturas… voy a echarme a la cama envuelta en una manta de lana esponjosa y caliente para entregarme a un sueño beatifico.
domingo, 8 de mayo de 2011
Lo que fuimos… lo que somos
Escrito por la mano del hombre a quien le achaqué la mitad de mi insomnio por su ausencia. El extranjero que realizó una parada temporal en esta mujer, en este cuerpo… en mi corazón. Entre nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
“(…) que revivas cada uno de esos 25 años a plenitud pero ahora los examines con deleite de relojero para que en aquello de los inventarios daños y hechos y recibidos también sumes la inmensa alegría que brindas con tu ser a las personas cercanas a ti y la felicidad que éstas te brindan. Cuando yo cumplí 25, recuerdo que comencé a pensar: Ya no estamos en una edad para que nos pasen cosas, estamos en la edad de comenzar a hacer que las cosas pasen... Así que creo que te lanzo la misma apuesta, a partir de esta fecha eres libre totalmente para tomar al mundo por asalto e incendiarlo los días y las noches que quieras... libre para hacer el inventario de las pequeñas victorias y los nimios fracasos, de planificar los grandes triunfos y resistir el embate de las terribles derrotas para recuperarte el proyecto que eres de ti misma y te conviertas en tu propia obra de arte...”
martes, 19 de abril de 2011
Llegaron los 25
Sábado 19 de abril, 1986
a la una diez de la madrugada: nací.
De ahí mis hábitos noctívagos,
el amor a los fines de semana, las fiestas y
las charlas que terminan en el alba.
Me acompañan mis triunfos obtenidos,
las lágrimas derramadas en el camino
al ver mis alas rotas y la locura
del descubrimiento que le pone al amor
nombre y apellido.
Tengo pulmones, estómago, ovarios,
matriz, piernas, brazos y de más accesorios...
Todo funciona como debe, por lo tanto:
Lloro, río, enfurezco, como y hago el amor...
Y tal vez, después lo cuento...
Felices 25…
lunes, 14 de marzo de 2011
Las mujeres de mi vida
Ustedes, quienes han dejado un pedacito de su alma en mi, muchas felicidades. (Este texto lo escribí el Día Internacional de la Mujer, antes de crear el blog)
A ti Celene, gracias por los desencuentros cuyos reencuentros están llenos de pláticas inagotables. Por los silencios de la reflexión. Por ser mujer, amiga y por decidir serlo conmigo. Gracias por ese hombro que acompañó mi llanto. Por las carcajadas en los tiempos difíciles y las banalidades cotidianas. Por los mensajes esporádicos que se presentan con las ganas de compartir, de seguir siendo, de existir.
Gabbyta, gracias por tantos años compartidos. Por el tiempo que caminamos juntas. Por la distancia que aviva el amor y la confianza. Por seguir aquí con destinos diferentes. Por el enigmático momento que nos unió y la sonrisa incrédula culpable de esta amistad. Por aceptar ser mi familia y convertirme a mí en la tuya. Por ser mi primera mejor amiga.
Reyna, por tantas atenciones no siempre correspondidas. Por los paseos nocturnos que fatigan el cuerpo, pero hidratan el alma. Por cada sonrisa, abrazo y lágrima compartida. Por buscar la forma de no perderme en el camino. Por todo eso y muchas cosas más, gracias.
Lucy, inicialmente por ser una excelente compañera. Hoy, por ser mí amiga. Por la forma tan tuya de acercarte a las personas. Por ser tú aquí y con todos, por no vivir con poses ni antifaces. Por hallar en mí la forma de querer sin conocer. Por sacar el lado más coloquialmente folklórico apenado en mi mente. Por ser tan neta.
Yesica, por aparecer cuando tu nombre ya no yacía en mi mente pero que ahora anida en mi corazón. Por escuchar y tratar de entender cada palabra que emana de mi ser sin el proceso del raciocinio previo requerido. Por no tratar de entender mi locura y tampoco juzgarla. Por el manual no escrito de cómo ligar el corazón con la cabeza. Por el abrazo y la promesa de un mañana mejor, gracias.
Yesica, por aparecer cuando tu nombre ya no yacía en mi mente pero que ahora anida en mi corazón. Por escuchar y tratar de entender cada palabra que emana de mi ser sin el proceso del raciocinio previo requerido. Por no tratar de entender mi locura y tampoco juzgarla. Por el manual no escrito de cómo ligar el corazón con la cabeza. Por el abrazo y la promesa de un mañana mejor, gracias.
Por último, pero no menos importante, a ti Julieta: por ser la amiga que se convirtió en hermana. Por los pasos más inciertos y los más certeros. Por secar las lágrimas con el consejo de la esperanza. Por sanar la herida con el dolor de la verdad. Por las palabras de aliento. Por creer en mí cuando yo había dejado de hacerlo. Por la dosis extras de sonrisas. Por enseñarme que lo único que nos pertenece es aquello que no perdemos en un naufragio. Por armar un nosotras. Por nunca dejar de extrañarnos, pese a todo. Por partir de cero. Por servirnos de la ausencia como pretexto para largos abrazos. Por las palabras calladas. Por la conversación en la mirada. Por la promesa no cumplida. Por estar y partir...
Y para todas aquellas mujeres no presentes pero existentes en mi vida. Por las que ya no caminaron a mi lado, ni a distancia pero que recuerdo con mucha gratitud.
Gabby, por los años compartidos.
Lucy, por tu sinceridad.
Julieta, por acompañarme
en la incertidumbre de mi camino.
Reyna, gracias por convertirte
en una gran amiga.
Celene, por lo que nos falta recorrer.
Contigo siempre es la primera vez
La forma del comienzo tercamente escondida detrás de los finales...
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